El que era el alumno ahora es un policía, y el maestro ya no trabaja en la escuela, se ha jubilado. Después de muchos años se encuentran en una esquina de la ciudad y la emoción de ambos es inmensa.
Esta escena sencilla y cotidiana me llevó a hacer 2 reflexiones:
1. Es mejor tratar de mantener relaciones sanas con todas las personas, la vida da muchas vuelt
as y los caminos de los seres humanos se pueden cruzar más adelante.
2. En parte «somos» lo que somos gracias a muchas personas que nos dedicaron su tiempo, su cariño y su interés. Y otras personas «son» lo que son, por el tiempo, el cariño y el interés que nosotros les hemos dedicado. Todos necesitamos de todos.
Con cariño
IAN SALVATORE
ESCRITOR